domingo, mayo 23, 2010

MIMA




Pinta su cara de blanco y sus ojos de negro. Ella la mira frente al espejo, confundida. Una lágrima mancha de negro la loza fría, produciendo contraste, otra vez.

Se mezcla con el agua y recorre las tuberías, contorneándolas, hasta encontrar el desagüe que la aleja de aquel rostro.

Ella extraña su lágrima, mientras el blanco se desdibuja con su camino húmedo, tornándolo gris.

La mano del frente trata de alcanzar su nostalgia. Pero no puede penetrar el vidrio impermeable.