lunes, noviembre 28, 2011

BREVE ANOCHECER


Frente a la pequeña terraza, al lado del río, los álamos del anochecer de Talca se vuelven dorados. ¿Será la luna? El cielo se degrada de arriba para abajo y los árboles brillan solo por delante.

Siempre me ha impresionado el mecer calmo de las hojas, todas diferentes, rozándose, armando una melodía verde, única cada vez, de tonalidades cambiantes.

Movida por la tibieza de esta noche que anuncia el verano, el río se me acerca y salgo hipnotizada a sentarme en la mecedora del balcón, frente al cuarto menguante que me parece cada vez más diminuto a medida que me acerco.

Los azules del fondo se ennegrecen, trayendo consigo la noche. Fue cosa de minutos.  

miércoles, noviembre 16, 2011

NOVIEMBRE EN LA AUTOPISTA


Venía por la autopista manejando de memoria, escapando de las obligaciones del día. En algún momento pensé que podrías cruzarte en la camioneta, por el lado o de frente. Pero la música me distrajo y me llevó a otro tiempo, sacándome de la carretera que se empezó a nublar a la altura de mis ojos. Pensé en comprarme un ofertón de desaparición. Una inexistencia del mercado bastante necesaria en casos como este, que ofrezca un retorno sin complicaciones en “uno, dos y hasta tres meses”. 

Resignándome a tener que digerirlo todo despierta, seguí conduciendo, esperando que el avance cada vez más lento de mi auto no perturbara al resto de los conductores.  Demoraba la llegada, creyendo posible vivir un rato sobre ruedas, entre vidrios, sin destino, mirando las líneas de la calle desaparecer unas tras otras.

Recordé uno de tus neologismos, amorgura, y te lo robé. La había tomado prestada unas semanas atrás en la feria del libro. La anoté en un papel amarillo y la estampé en la orilla izquierda de la pared, a escondidas de mis amigas, al lado de cientos de frases de otros visitantes.

Me pregunto que habrán hecho con todos esos gritos afónicos.

martes, noviembre 01, 2011

EN EL DÍA DE LOS MUERTOS


De vez en cuando, cada ciertos años, morimos.La vida que pensábamos vivir desaparece. El futuro imaginado se convierte en pasado inexistente y los sueños, pesadillas al despertar en este presente nuevo, de recién nacido, otra vez.

Hasta que el viento mece las ramas del árbol que ha estado siempre frente a nuestra ventana y nos recuerda esa vida que olvidamos,sabiendo que no somos los mismos