lunes, noviembre 28, 2011

BREVE ANOCHECER


Frente a la pequeña terraza, al lado del río, los álamos del anochecer de Talca se vuelven dorados. ¿Será la luna? El cielo se degrada de arriba para abajo y los árboles brillan solo por delante.

Siempre me ha impresionado el mecer calmo de las hojas, todas diferentes, rozándose, armando una melodía verde, única cada vez, de tonalidades cambiantes.

Movida por la tibieza de esta noche que anuncia el verano, el río se me acerca y salgo hipnotizada a sentarme en la mecedora del balcón, frente al cuarto menguante que me parece cada vez más diminuto a medida que me acerco.

Los azules del fondo se ennegrecen, trayendo consigo la noche. Fue cosa de minutos.  

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