domingo, mayo 13, 2012

ALTAMAR



El otoño se lanzó sobre mí con un abrazo cálido sin preguntas. Me tomó desprevenida, pensando en el mar. Por semanas había envuelto mis caminatas con su viento suave, arrojando hojas al suelo, desenrollando frente a mis pies una alfombra matizada y crujiente. Acortó los días y alargó las noches, suavizando mis revoluciones. Escogió el aparejo y me invitó a navegar.

BORRADOR

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